domingo, 29 de marzo de 2009

UN POCO DE HISTORIA (3)

Como no hemos competido esta semana, hemos tenido algo de tiempo para escribir. Esto es lo más durillo que recuerdo:



CAMINO DE SANTIAGO


Del 6 al 12 – 09 – 2003


Era el año en que mi amigo Joan Troyano disfrutaba de sus primeros 50 años y yo estaba a punto de cumplirlos y decidimos celebrarlo de una forma que nunca olvidaremos, haciendo un trozo del Camino de Santiago, él combinando coche y bicicleta, llevando su equipo y el mío, y yo CORRIENDO, de ASTORGA a SANTIAGO DE COMPOSTELA, todo un reto.

Joan cada día hacía un tramo del camino en bicicleta (ida y vuelta), después la cargaba en el coche, buscaba alojamiento e iba a recogerme. Vía teléfono móvil estábamos en contacto. Todo un amigo ¿verdad?.





El equipo que llevaría encima cada día sería una camel bag con agua y sales minerales, un par de barritas energéticas, un cinturón con porta documentación, un canguro y un teléfono móvil. La indumentaria: bambas adecuadas, calcetín corto, mallas cortas 2 camisetas de manga corta, un canguro y una gorra.





1ª Etapa: Astorga – El Riego (41 km. aproximadamente, salida a una altitud de 860 m. punto mas alto Manjarin 1.460 m., llegada a 920 m.)


Las 8 de la mañana, un amanecer nublado y fresco. Una vez dejamos atrás las calles de Astorga, también dejo atrás a los primeros grupos de peregrinos que me miran como raro. A lo lejos Castrillo de Polvazares, uno de los pueblos que más me han sorprendido y gustado, no solo por sus casas de piedra y calles empedradas, sino por su gastronomía. Hasta llegar a El Ganso iba bastante bien, a partir de allí el camino comenzó a empinarse suavemente hasta subir de verdad hasta Rabanal del Camino, a partir de ahí me quedaban 6 km de autentica subida hasta la Cruz de Ferro (Monte Irago 1.500 m.), aquí ya no solo adelantaba a los peregrinos que iban andando, sino que los que iban en bicicleta también se quedaban atrás, ellos llevaban sus mochilas y yo no. Descansamos y depositamos una piedra al pie de la Cruz de Ferro, como manda la tradición, dejamos la Maragatería. Una ligera subida hasta Manjarín y después todo bajada hasta El Riego, eran casi las tres de la tarde. Nos fuimos en coche a Astorga al hotel e hicimos la comida del día en Castrillo de Polvazares, un cocido maragato inolvidable.










2ª Etapa: El Riego – Pereje (42,6 km. aprox., altitud de 920 a 500 m. aprox..)

Fuimos en coche hasta el Riego. Comenzó la jornada en bajada, día fresco y nublado, kilómetros sin ver a nadie en el camino, suerte que las flechas amarillas no faltaban en ningún momento indicando el recorrido. Más relajado que el día anterior, inicialmente estaba preocupado por ver, mejor dicho sentir, como reaccionaban mis piernas, pero me encontraba muy bien. Me encontré con dos chicas y un chico que hacían el camino en bicicleta. No les resultaba habitual que alguien lo hiciera corriendo y se sorprendían cuando se paraban a hacer una foto o descansar y yo, con mi ritmo diesel pero sin pausa les volvía a pasar, cosa que sucedería hasta en tres ocasiones esa jornada. Joan me esperaba en Villafranca del Bierzo. Hicimos fotos y continué unos kilómetros más, que me resultaron especialmente duros. Me despisté a la salida de la ciudad y me quedé totalmente solo en el camino. Éste discurría por un pasillo abierto al borde de la carretera, un tipo de tramo mentalmente muy duro. Al llegar a Pereje, pasado el albergue decidí no continuar y permanecí un buen rato estirado en la carretera hasta que llegó Joan. Pasamos la noche en un hostal de Villafranca, que ya conocíamos de una salida anterior.










3ª Etapa, Pereje - Furela ( 44km.)


Para evitar una situación como la del fin del día anterior, me hice llevar en coche hasta donde el camino había dejado de discurrir por el pasillo al borde de la carretera, en el cruce después de Portela y a 0,5 km. de Ambasmestas, y aquí comenzamos la etapa.


El día era fresco y despejado y en las cumbres cercanas comenzaba a tocar el sol. Era la jornada que, a priori, más le temía por el cansancio que pudiese tener de los 80 y pico kilómetros de los día anteriores y la dificultad geográfica que tenía ante mi y los kilómetros que pretendía realizar.

Al llegar a la Faba el camino se empina ¡y de qué manera! Recuerdo especialmente tres encuentros con peregrinos; el primero fue con una madre y una hija, Belgas que hablaban francés. La madre, que a duras penas y con ayuda de la hija trepaban por uno de los tramos más duros, abrió los ojos como platos y por un instante quedó con la boca abierta, le decía a su hija que qué hacía yo, que cómo podía correr… Después de unos minutos de conversación nos deseamos suerte y buen camino. La señora añadió que no olvidaría fácilmente aquel encuentro. Unos cientos de metros mas arriba me encontré con un joven irlandés, su mochila era mas grande que yo, no se como podía. Llevaba 17 días caminando y para él también era el primer peregrino que veía corriendo. Y el tercer encuentro fue con una pareja de Sevilla que estaban descansando contemplado el valle, una vista preciosa que pronto desaparecería al adentrarnos en la niebla que cubría el Cebreiro y tardaría en volver a ver el sol.

El resto de la subida fue dura y el cambio de temperatura brusco se hacía notar, pero valió la pena. En la cumbre de O Cebreiro a 1.283 m. de altura estaba Puerta de Galicia un pueblo pre-románico de piedra y pallozas, con su iglesia de Sta. María la Real, que estaba totalmente envuelto en una espesa niebla. Estaba en fiestas, el día de la patrona era el 8 se Septiembre y yo llegue la mañana del 9. La gente, arreglada de domingo, entraba y salía de la iglesia. Había varios kioscos de feria, en unos vendían todo tipo de artesanía y en otros la gente se agolpaba entorno a un café con una copa de orujo, en uno de ellos me invitaron a café. Como me estaba quedando helado y decidí reemprender la marcha. Por indicación de unos guardas forestales abandoné el camino y comencé el descenso por la carretera, dos kilómetros más abajo la niebla había desaparecido y recuperé el camino que los guardas me habían indicado.

Pero aún quedaba otro esfuerzo: había que salvar el Padornelo y el Alto do Poio (1.310 m.). Recuerdo especialmente la dureza de los últimos metros. Paré a descansar y tomar una coca-cola en un bar (Mesón del Peregrino, creo que se llamaba). Después continué el camino ya de bajada hacia Triacastela y la ruta de San Xil, hasta Furela.

Había comenzado a las 7 de la mñana y eran las 4 de la tarde aproximadamente cuando mi compañero me recogía con el coche y volvíamos hasta Triacastela donde pernoctamos. Había pasado 44 km. que creo que no olvidaré.







4ª Etapa, Furela - Palas de Rey (54 km.)


Era de noche cuando inicié el camino, aún bajada, hacia Sarria. Comenzaba la que sería la etapa más larga y la mas entretenida. A los pocos kilómetros, con las primeras luces del día, me encontré con una señora a la que le dije buenos días y buen camino sin pararme, pero me llamó e hizo que me parase. Quería saber porqué corría, como lo conseguía, ……, ella medía aproximadamente 1,80 m. y pesaba más de 100 kg. Rubia, piel muy blanca, ojos azules y una mirada penetrante, con una voz suave y de ritmo pausado. Hablaba inglés y algunas palabras sueltas en castellano. Procedente de Sudáfrica, llevaba dos meses caminando y sólo lo hacía las primeras horas del día y llevaba una mochila pequeña y de poco peso. Le gustaba hablar y preguntar a todo peregrino que, según ella, tuviera algo que considerase interesante o le llamase la atención por algo. Cuando la vi, a medida que me iba acercando observaba su caminar y pensaba que lo de ella era mucho mas difícil que lo mío y así se lo hice saber. Ella comentó que muy posiblemente las dificultades no estaban solo en el caminar.

Inmediatamente llegaría a Calvor.

Crucé la ciudad de Sarria, con sus calles empinadas y a la salida y una vez pasada la vía del tren comienzaron las corredoiras en la subida hacia Barbadelo.

Creo que fue por Lavandeira donde me encontré en una fuente, con un grupo que iba en bicicleta. Procedían de Barcelona, uno de ellos concretamente de El Prat. Hablamos un rato y emprendimos nuevamente la marcha, pero a los pocos metros ya me habían dejado atrás. Poco después llegaría a Ferreiros, donde se encuentra el mojón que indica que ya solo faltan 100 km. para llegar a Santiago.

Al poco, los ciclistas se habían parado y los pasé. No podían creerlo, subieron a sus bicis y casi inmediatamente me dejaron atrás, pero una o dos horas mas tarde se habían vuelto a parar y mientras compartían unos frutos secos los volví a adelantar, con los consiguientes comentarios festivos al respecto.

Al llegar a Palas de Rey, Joan ya me esperaba. Nos dirigimos a un pequeño hostal, nos duchamos y cambiamos de ropa y nos fuimos a buscar una buena ración de pulpo (a Ezequiel , creo que se llama así la pulpería) a Melide, y allí nos volvimos a encontrar con los ciclistas y uno de ellos gritaba desde el fondo del comedor, "¡¡¡¡os lo dije, nos volverá a alcanzar!!!". La comida del día transcurrió en una animada conversación.






5ª Etapa, Palas de Rey – Rua (45 km.)


Etapa rompe piernas con muchas subidas y bajadas, o al menos a mi lo pareció. Ya que este perfil, unido a la dureza del día anterior y lo acumulado de los anteriores, me resultó un tramo pesado y largo aunque suavizado por lo agradable de los bosques de eucaliptos y riachuelos que se cruzan.

A unos 10 km. de Palas y después de pasar Coto se deja Lugo y se entra en A Coruña. La primera población es Leboreiro, a la que se llega por los restos de una antigua calzada romana. Siguiendo el camino y antes de llegar a Furelos se pasa por un puente medieval de 4 ojos. Después se cruza Melide. Heché de menos el pulpo del día anterior al ver las bicis de los compañeros que estaban todas a la puerta de un bar. Me dije “están desayunando, he madrugado más” y ya no volveríamos a coincidir. La siguiente población que recuerdo es Castañeda y después Ribadiso, que para llegar se ha de cruzar el río Iso por un puente medieval. Al poco, unos 2 km, llegamos a Arzúa, una ciudad más moderna y famosa por su quesos. Me quedaban unos 15 km. Fue junto con la primera etapa la única que habíamos fijado el punto de final de jornada. El cansancio se hacía notar y si no hubiese sido por los bosques de eucaliptos y robles no sé si hubiera llegado.





6ª Etapa, Rua - Santiago de Compostela (apenas 22 km.)


Pronto se acabaron los bosques. Llegó la zona de Labacolla, con el aeropuerto. Después el Monte do Gozo, realmente un gozo sentir Santiago tan cerca. Al poco rato ya estoy en las calles de Santiago, camino de la catedral. Subí corriendo las escaleras, entré por la puerta principal, puseo la mano en la columna y di los cabezazos de rigor. El templo estaba totalmente lleno y comienzó la misa del peregrino. Eran las doce del medio día.

El haber llegado para mi fue todo un reto.

Sin la colaboración de mi amigo Joan no se si lo habría logrado.

Gracias.






sábado, 21 de marzo de 2009

UN POCO DE HISTORIA (1)

17.03.1996 MI PRIMERA MARATÓN

XIX MARATÓ CATALUNYA BARCELONA’96

De Mataró al Estadio Olímpico.


Hacía cuatro meses que después de muchas dudas y con miedo a no acabar, nos inscribimos 3 compañeros de kilómetros a la Maratón del 96. Para Sebastiá era su 8ª Maratón. Para Domingo y para mí, la primera.

La mañana era fresca y soleada, y estaba muy nervioso porque era la primera. Cuando dieron la salida, corría tan de prisa que mis compañeros me hicieron bajar el ritmo. Con el que llevaba no habría llegado ni a la mitad. Cogimos nuestro ritmo habitual, entorno a 5 minutos por kilómetro. En el kilómetro 5 ya habíamos dejado atrás Mataró y estábamos en la N-II, en el km. 16 En el Masnou había un grupo que tenía un listado con el número de dorsal y el nombre de los corredores y nos animaban nombrándonos por nuestro nombre. Es lo más agradable que recuerdo hasta el paso de la media maratón en Badalona, ya empezaba a creerme que podía llegar.

Uno de los compañeros, se comenzó a rezagar por molestias en una pierna. Ya solo éramos dos. Mi primer momento difícil lo tuve entorno al km. 29: tenía la sensación de que no tiraba. Hubo una pequeña bajada y comencé a notar dolor en los aductores, y aquí si fue importante el correr con un compañero que te animaba y te permitía seguirle. Durante un kilómetro más o menos, hasta el final de la Rambla Prim no recuperé el ritmo. En la zona de la Villa Olímpica ya había más gente animando, cosa que nos ayudó a seguir tirando y retrasar hasta el 36 – 37 la llegada del Muro. Pasamos un rato difícil, especialmente porque, al comenzar a subir el Paralelo había más de un corredor que tenía la necesidad de caminar, pero al ver el letrero del 38, pensé "ya es mía y llegamos". Al llegar a la altura del Pueblo Español, cuando la subida comenzaba a ser dura, después de 40 km. oí como dos amigos (Luís y Rosa Mari) nos animaban y eso parece que nos dio alas. Al poco ya estaba cumpliendo una gran ilusión, había pensado más de una vez en ese momento: estar entrando en el Estadi Olímpic por la Puerta de Maratón. En el estadio me esperaban Juanita, Hugo, Mercedes y Antonio. Ellos no me esperaban tan pronto, pero yo estaba más sorprendido que ellos, solo habían pasado 3h. 38’ 57”. Para mi aquel día fue una proeza.

Gracias a los dos compañeros de carrera, Sebastiá y Domingo, uno siempre animó a que corriera la primera y con el otro nos ayudamos a conseguir la meta.

martes, 17 de marzo de 2009

Media Maratón de Cunit




15.03.09

Día soleado, como si estuviéramos en plena primavera. La carrera comenzó a la 10h.30’, un poco tarde ya que tendríamos calor.

Cunit es un pueblo donde gusta correr, principalmente por su Paseo junto al mar. Lo que no me gusta es el recorrido de la Media Maratón, por tratarse de un circuito de 10,5 km. es que se ha de hacer dos veces y concrétamente, el Paseo Marítimo se ha de hacer cuatro veces y si además le ponemos la temperatura de un día de playa, tenemos lo que llamo una carretera con obstáculos. Y éstos se han de pasar, aunque con dificultad.

También tuvo cosas buenas: gente conocida en el recorrido, dos fotógrafas no habituales (Juanita y Rosa) y después de cruzar la meta un masaje en las piernas a cargo de dos voluntarias, Miguela y Silvia. Muchas gracias a ambas.

En lo que va de año hemos corrido una carrera de 10 km, 4 medias maratones y una maratón. Ahora toca descansar y preparar la 1ª etapa de la XTREM COSTA BRAVA

miércoles, 4 de marzo de 2009

Entrevista y fotos

Ésta es la entrevista que me hicieron Jordi Margarit y Leslie de los Sirex en directo para el programa La Primera Pedra de RAC 1 mientras corría la Maratón de Barcelona:

Y si queréis ver las fotos que hizo Francesc, haz click aquí.

domingo, 1 de marzo de 2009

MARATÓ DE BARCELONA 2009





01.03.09

Por fin llegó el día, sólo hace 90 días de mi anterior maratón, es la primera vez que hago 2 maratones oficiales tan seguidas, entre ambas una preparación de 444 km.
A las 7,30 h. primeras fotos junto a la salida y sesión de estiramientos.
A las 8,30 h. salida, comenzamos a caminar. Cuando llegamos a la línea de salida ya hacía más de 5 minutos que los primeros habían salido. Jordi, Raúl y yo comenzábamos nuestra andadura.
Hasta que no pasamos el km. 4 no comenzó a abrirse el espacio entre los corredores, parecía que las calles eran pequeñas para tanto corredor. A la altura del km. 5 Francesc nos esperaba para hacernos las primeras fotos y en el km 7 Anna también nos animaba. Pasado el km. 8 me llamaron por teléfono desde RAC1, Jordi Margarit, que dirige el programa La primera pedra, y Leslie de los Sirex, nos hicieron una entrevista en Directo.
El día se iba poniendo cada vez más gris, pero era un placer correr por algunas calles como Paseo de Gracia, Rosellón donde nos esperaba Isabel, Sagrada Familia... En la calle Mallorca primero vimos a Montse y poco después un grupo nos ofrecía cerveza a modo de avituallamiento (no es el primer año, creo que se convertirán en un clásico), después entramos en la Avenida Meridiana, ya buscando la media maratón. Hasta aquí nos había llovido ligeramente, pero sólo notábamos la humedad, prácticamente no fuimos consciente de que lloviese.
Me sorprendió que en todo el recorrido había gente aplaudiendo y animando.
Pronto subimos el Puente de Calatrava, Bac de Roda, Gran Vía... los kilómetros se comenzaban a notar. Al llegar a Diagonal y dirigirnos a la Torre Agbar, coincidíamos los que subíamos y en el lado contrario los que bajaban. Esto a mí se me hace duro. Esta coincidencia durante 5 km. es muy larga y mentalmente, al menos esta vez, hizo que notase más el cansancio, aunque tuvo su momento agradable porque nos esperaba la familia de Jordi que nos pusieron lilimento en las rodillas.
Al llegar a la Avda. Litoral, km 33 aprox. me cogió flato y tuve que abandonar a mis compañeros y pararme. Fui corriendo y parando durante 1 km. aproximadamente, lo que hizo que comenzasen a dolerme los gemelos. En el km 36 junto al Arc de Triomf me dieron un masaje en los gemelos (30”) y comencé a tirar nuevamente. Aquí la gente nos hacia un pasillo y nos animaban ¡y de que manera!. Fui tirando hasta que en el km 39 conecté de nuevo con Jordi y Raúl, porque habían aflojado la marcha por pequeños problemas musculares. Se les había unido a partir del km 35 el hijo de Jordi, Martí . Y ya continuamos juntos. Al llegar a Pl. España, nos esperaban nuestras familias (Juanita, Maria, Marina, Lorenzo y Manolo y Montse y Ariadna con una pancarta).
Los 185 m. últimos lo hicimos los tres cogidos de la mano, lo habíamos conseguido, para Raúl era su primera. Y realmente podemos afirmar que en una Maratón no hay diferencias de sexo ni de edad, ni ninguna otra característica. Los kilómetros, al igual que la vida, nos pone a cada uno en nuestro sitio, sin preparación y sin esfuerzo no se llega. Y que los corredores que llegan con 5 h. o más corriendo a la meta, tienen realmente mucho mérito, se lo han propuesto y lo han logrado.
Quiero dar las gracias a Raúl y Jordi, que siendo miembros del Club Atletisme Figueres, han querido correr con la camiseta de la Fundació per a la Fibromiàlgia i la Síndrome de la Fatiga Crónica, y a María Magdalena que se hizo la foto pero correrá próximamente, dando su apoyo y cariño a todas las personas afectadas.
Y a Francesc por su reportaje fotográfico.
Y a la organización que lo ha hecho realmente bien.